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Psicología deportiva

Claves de la gestión de equipos en el deporte

En nuestro día a día, estamos continuamente tomando decisiones. En el ámbito deportivo, la toma de decisiones es crucial. Decidir correctamente cuándo avanzar, cuándo parar, cuándo lanzar o cuándo cometer una falta, puede significar ganar un partido o una competición. No es fácil. Pero, si además, esa toma de decisiones se ha de realizar en equipo, la cosa se complica exponencialmente. Manejar bien o mal las distintas situaciones que se dan dentro de un grupo deportivo marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Por eso, hoy te voy a dar las claves de la gestión de equipos en el deporte.

Por qué es importante trabajar la gestión de personas en el deporte

Tendemos a pensar que cualquier club de cualquier disciplina deportiva es un equipo, por el simple hecho de aglutinar a varias personas en torno a una actividad o deporte. Los/as 20 componentes de una plantilla de fútbol, los 12 de un club de baloncesto, etc.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El simple hecho de ser varias personas no confiere en sí mismo la categoría de equipo.

Sí, podemos afirmas que estamos ante un grupo de deportistas, pero no, que estemos ante un equipo.

Esta es la primera distinción que creo necesario hacer:

  1. Un grupo no es más que un conjunto de personas que realizan una determinada actividad al mismo tiempo. Como, por ejemplo, disputar un partido de balonmano o realizar un entrenamiento de voleibol.
  2. Un equipo, en cambio, además de estar compuesto por varias personas que realizan una actividad juntos/as, tiene dos características especiales que le distinguen de un simple grupo. A saber:
  • Un equipo siempre tiene un objetivo común para todos los miembros del mismo, que es conocido y reconocido por cada uno de ellos.
  • El equipo tiene un determinado nivel de autoorganización que le permite trabajar de manera ordenada y eficaz.

Teniendo esto en cuenta, y si nos paramos un poco a reflexionar, seguramente ya podremos empezar a identificar grupos donde creíamos que había equipos.

El primer paso, si queremos gestionar exitosamente un equipo, es asegurarnos de que lo es, y si no fuera así, poner las bases para convertir el grupo en equipo, trabajando sobre el objetivo común y sobre la organización interna.

Las características de las personas que trabajan bien en equipo

Una vez que tenemos claro que estamos ante un equipo o al menos tenemos claro el objetivo y un mínimo nivel de autoorganización, es importante trabajar en la individualidad de sus miembros para trabajar sus habilidades, teniendo en cuenta, en primer lugar, las características personales que predicen un óptimo desempeño en equipo:

  • Ser flexible: entendido como la capacidad de adaptación, tanto a las circunstancias cambiantes del entorno, del deporte en sí y de la competición, pero, sobre todo, al resto de compañeros/as del equipo.
  • Saber escuchar: uno de los componentes clave para el éxito de los equipos es la comunicación. Y no hay comunicación sin escucha. Es importante diferenciar oír de escuchar. Poner atención, fijarse en los detalles, en otras palabras, Escucha Activa
  • Tener empatía: Comprender los comportamientos de los demás, desde su estado emocional, no desde el propio. Entender por qué alguien hace lo que hace y poderle ayudar desde ahí.
  • Tener capacidad para colaborar: Los equipos requieren trabajar coordinadamente. Y no hay coordinación sin organización. Tener claro el rol de cada uno/ y saber qué puedo aportarle a cada quien.
  • Aceptar las opiniones y críticas de otros: Madurez diría yo. Ser maduro/a para aceptar que otra persona del equipo piense diferente, discrepe, razone distinto. En la diversidad reside la riqueza de los equipos. Y, por tanto, aceptar y aprovechar esa variedad es clave.
  • Demostrar compromiso: Con hechos, no solo con palabras. Capacidad para dejar atrás nuestros egos por el bien del equipo, entender que el sacrificio vale la pena y que no siempre nuestras tareas serán las que más nos gusten, pero no por ello dejarán de ser importantes para la consecución del objetivo.

Los beneficios de un coach para la gestión deportiva

Dicho todo lo anterior, tenemos múltiples ejemplos de equipos cohesionados, con buena comunicación, coordinados, comprometidos y muy enfocados en el objetivo común.

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Pero también hay muchísimos ejemplos de lo contrario.

La gestión de equipo no es tarea fácil. Porque los equipos, por lo general, no lo son. Muchos/as entrenadores/as lo son porque aman su deporte, porque lo han practicado y/o porque lo conocen muy bien técnica y tácticamente. Sin embargo, lamentablemente, en muchos casos no tienen la formación ni las habilidades necesarias para gestionar los equipos o convertir grupos en equipos.

La buena notica es que todo ello se aprende.

Hoy en día, ya lo propios cursos de entrenadores incluyen entre sus asignaturas, algo de Psicología Deportiva. Sin embargo, casi siempre suele ser desde un enfoque teórico y a veces poco actualizado.

Cada vez más, se impone la necesidad de ayuda o apoyo externo en forma de coaches o psicólogos deportivos que, integrados en los propios cuerpos técnicos, facilitan a los entrenadores las herramientas de gestión de equipos además de ocuparse del entrenamiento mental de los deportistas.

Este modelo, garantiza la preparación mental de todo el equipo y por supuesto, el desarrollo del rol de los/as entrenadores/as.

Claves para la gestión de equipos

Crear espacios para las personas y definir roles

El primer paso para la creación, consolidación o desarrollo de un equipo pasa por una definición de roles clara y concisa. Algo tan de sentido común como lo que le corresponde hacer a cada cuál, suele ser, a menudo, una de las cosas que no se habla y no se clarifica.

Aquí juega un papel fundamental el/la líder, quien, como punto de partida debe comunicar a cada miembro del equipo lo que espera de él o de ella, tanto a nivel deportivo, es decir, en cuanto a funciones dentro de la práctica deportiva, como su rol informal dentro del equipo, a nivel de relación con el resto. Hay que tener en cuenta que hay personas que, por sus propias cualidades personales, tienen una alta influencia en el resto, y esto es oro puro si lo sabemos manejar de manera positiva.

Encabezado

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Fomentar la cooperación y las cualidades internas

Para el alto rendimiento necesitamos el trabajo colaborativo. Y para el trabajo colaborativo es imprescindible la cooperación interna como suma de cada individuo. La interacción en cada tarea y proceso es clave.

Ser consciente de las cualidades de cada uno/a para observar el desempeño que le podemos dar con el fin de mejorar los resultados del equipo.

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Dividir las tareas

Con una adecuada división de tareas, se distribuyen mejor las responsabilidades entre cada uno de los miembros del equipo y conseguimos aminorar la carga de estrés.

Fomentar el sentido de pertenencia

También conocido como el orgullo de pertenencia. Es decir, la gratificante sensación de que formamos parte de algo más grande que nosotros/as mismos/as. De sus logros, de su esfuerzo. De que unidos/as somos más fuertes, de que podemos con todo. Quien lo ha vivido sabe de lo que hablo. Y quien no, debería vivirlo al menos una vez en su vida. Es una sensación indescriptiblemente gratificante. Y, ni que decir tiene, que multiplica la capacidad de entrega, esfuerzo y sacrificio de los miembros del equipo.

Trabajar en los valores

Y, por último, uno de los puntos más importantes para lograr grandes logros y objetivos. Fomentar unos valores, unos pilares dentro del equipo que los guíen y sostengan en cualquier situación. Valores como por ejemplo:

  • La Generosidad: para hacer más de lo que se necesita y dar de sí al 120%.
  • La Humildad: ayudar a los demás cuando tengan un mal día sin tener que considerar lo que implica para uno/a mismo/a.
  • La Confianza: el equipo se hace más fuerte. Los miembros tienen menos dudas a la hora de actuar.
  • El Compromiso: seguir, aunque a veces no se tengan ganas o no queden fuerzas.

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Desde mi experiencia, y para finalizar, te puedo decir que los equipos bien trabajados desde el liderazgo y los aspectos relacionales son los que consiguen los mejores resultados.

Por suerte he podido vivirlo como deportista, en mis años de juventud y como Coach y Psicólogo Deportivo a lo largo de mi trayectoria profesional.

Por ello, y ahora que tienes la información para hacerlo, te invito a que empieces aplicar ya las claves de la gestión de equipos en tu deporte.

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