Cómo trabajar con personas tóxicas y no morir en el intento

Aunque generalizando, hablamos de personas tóxicas. Podemos distinguir claramente distintas tipologías. Identificar a qué clase de persona tóxica nos enfrentamos, es clave para poder actuar en consecuencia.

Tipos de personas tóxicas en el trabajo:

• Quejicas Profesionales: Estos individuos nunca dejan de soltar lamentos: que si son un desastre, que si no valen para nada, que si no se les tiene en cuenta, que si se les exige demasiado… cualquier cosa que suceda es un buen motivo para una queja. Aunque en el fondo solo buscan aprobación y cariño, su victimismo constante genera rechazo. Nadie quiere estar cerca cuando la queja es una banda sonora constante. Pero cuidado, su negatividad es muy contagiosa.

• Maestros/as de la Pasividad-Agresiva: Estos personajes sutilmente intentarán sabotear tu trabajo en beneficio propio. Transmiten hostilidad de forma encubierta, evitan la responsabilidad y tienen una actitud irritante. ¡Cuidado con el desgaste emocional que provocan.

• La envidia les corroe: Sus envidias los llevan a desear lo de los demás y a odiarlos por tenerlo. Minimizan los éxitos ajenos y desvalorizan los logros de los/as demás. Cuidado. Son desmotivadores por naturaleza.

• Trepas: Harán lo que sea y se relacionarán con quien sea para escalar puestos o ganar favoritismo. Pueden parecer amigables y serviciales, pero por la espalda, están traicionando a diestra y siniestra.

• Cobradores del frac: Cada favor que les hagan tendrá un precio. Actúan como héroes, pero se enfadan si no cumplen sus reglas. Aceptar su ayuda acaba casi siempre en un chantaje emocional. Y las deudas emocionales son las más pesadas…

• Narcisistas Supremos: Todo lo que hacen está por encima de la crítica. Encantadores/as si los siguen, pero coléricos/as si los contradicen. Necesitan ser el centro del universo y harán lo que sea para ganar poder. Son egocéntricos/as, egoístas y, a veces abusan de la agresividad.

• Explotadores/as: Ignoran tus necesidades y te exprimen para obtener de tí cada vez más y más. Te hacen trabajar de sol a sol, pero no predican con el ejemplo.

• Las malas personas: Estos perfiles son una mezcla de todos los anteriores. Carecen de empatía y solo «ayudarán» mientras les sirvan. Ven a los demás como objetos para su beneficio. Pueden seducir y luego atacar con violencia psicológica. Identificar su maltrato sutil puede ser difícil, ¡así que mantente bien alerta!

Vale, ya tenemos identificado/a a esa persona tóxica que nos está “minando la moral” en el trabajo. ¿Y ahora qué? ¿Cómo puedo afrontar esta situación? ¿De qué manera puedo cuidarme antes este tipo de personas?

Pues la respuesta no es fácil y habría que ajustarla a cada caso concreto, pero como quiero que te lleves cosas útiles de este ratito de lectura, te voy a dar algunas estrategias que puedes poner en práctica para contrarrestar los efectos de la gente tóxica en el trabajo y del mal ambiente laboral que generan:

• Detecta los perfiles: Primero que nada, debes saber a qué te enfrentas para poder buscar las herramientas y enfoque adecuado en cada caso. Es importante tener en cuenta que esos perfiles no suelen ser etiquetas fijas. Una misma persona puede manifestar varias de esas características.

• Ten clara tus metas: Si tienes claro hacia dónde te diriges y cuáles son tus objetivos, te resultará más sencillo resistir la influencia de esa gente tóxica. Mantén tu rumbo y aléjate de quienes intenten desviarte.

• Confía en tu valía: Estas personas tienden a socavar la autoestima, pero reconocer quién eres, tu valía y tu potencial te proporcionará la fuerza necesaria para no dejar que roben tu positividad. Fíjate en tu esencia.

• Establece límites: Aprende a decir NO, protege tu privacidad y evita adentrarte en conversaciones personales con ellos/as. Dado que son hábiles chantajistas, siempre tratarán de llevar las discusiones al terreno emocional; no caigas en su juego.

• Practica la Asertividad: Desarrollar la Asertividad te permitirá defender tus derechos de manera calmada, sin recurrir a la agresividad ni caer en la pasividad.

• Supera el miedo: Cuanto menos miedo demuestres, menos te molestarán. Deben saber que te sientes seguro/a de ti mismo/a. Evita mostrar debilidad o sumisión. Los/as abusones son tan cobardes que solo abusan de quienes saben que no les plantan cara.

• Enfócate en otros aspectos: Seguro que cuentas con otros colegas maravillosos/as. Apóyate en ellos/as. Busca también aspectos positivos en tu jornada laboral y busca la autorrealización fuera del trabajo mediante actividades y relaciones gratificantes.

• Y si tu solo/a no puedes, busca apoyo y establece una rutina de bienestar: Consultar con psicólogos, practicar mindfulness o yoga son recursos que te ayudarán a fortalecerte como persona y a evitar que los eventos desagradables te desestabilicen emocionalmente. Si lo necesitas, pincha aquí, es gratis. 

Quítate de la cabeza eso que nos han hecho creer desde pequeños de que denunciar es de “chivatos”. Nada de eso. Denunciar un hecho que nos hace daño es el primer paso para solucionar el problema y además, demuestra a quien tiene ese tipo de conductas, que sus actos tiene consecuencias y que no se puede ir así por la vida.

Si esto significa hablar con tus jefes o recurrir al departamento de Recursos Humanos para abordar la situación de manera más efectiva, hazlo, sin dudar.

Presentar el caso como un problema que afecta al equipo o a la empresa puede ser una estrategia efectiva para captar la atención necesaria y encontrar posibles soluciones. Cuando las actitudes tóxicas de alguien están dañando el clima laboral y el rendimiento del equipo, es crucial tomar medidas para solucionarlo.

Si la persona tóxica resulta ser tu jefe, la situación, obviamente, es aún más compleja. Los jefes tóxicos pueden ser muy exigentes, practicar la microgestión constante o mostrar cambios abruptos de humor y actitud, entre otros comportamientos perjudiciales. En estos casos, es esencial involucrar a Recursos Humanos para abordar el problema de manera más formal.

La salud mental y el bienestar de los/as colaboradores/as de una empresa son fundamentales, y si un jefe tóxico está afectando negativamente a un miembro del equipo, es necesario tomar medidas adecuadas para proteger a las personas de la organización y mantener un ambiente laboral saludable.

En mi opinión, la salud y el bienestar, no solo físico, sino también emocional, están por encima de todo. En un mundo laboral cada vez más concienciado con estas premisas, no cabe tener que aguantar comportamientos tóxicos.

Evidentemente es imposible no encontrarnos con gente tóxica por el camino, pero de nosotros depende conocer y desarrollar las estrategias y herramientas necesarias para poder hacer frente a esas personas y aprender cómo trabajar con personas tóxicas sin morir en el intento.