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Los indicios de la falta de liderazgo
Como he mencionado al inicio de esta entrada, existen indicadores que pueden dejar entrever que el liderazgo de un directivo, mando intermedio o encargado no pasa por su mejor momento. Evidentemente no nos podemos basar en un hecho puntual, que puede ser fruto de una situación momentánea determinada o de, como se suele decir, “un calentón”.
Pero sí que es cierto que hay determinadas conductas o comportamientos, que cuando se repiten con cierta frecuencia, nos pueden dar pistas de que el liderazgo de una persona está, cuanto menos, dañado.
Sin ir más lejos, las conversaciones en las máquinas de café criticando al jefe, que nos pueden parecer un clásico en cualquier empresa, pueden ser un indicador importante de que algo no está funcionando como debería. Aunque pueda parecer una práctica demasiado generalizada, si nos fijamos un poco, nos daremos cuenta de que esas conversaciones críticas no se dan sobre todos los jefes, sino solo sobre algunos de ellos. Como se suele decir, por algo será…
Actitudes distantes entre mandos y colaboradores, el sentimiento de separación entre ellos (como si pertenecieran a “clanes” distintos), y las frecuentes fricciones y conflictos entre el líder y diferentes miembros de su equipo, evidencian, sin lugar a dudas, que algo no está funcionando bien.
Además, otros síntomas bastante frecuentes son las conductas y actitudes autoritarias o la derivación de responsabilidades al equipo que le corresponden al líder.
Las consecuencias de la falta de liderazgo
Evidentemente todos los aspectos anteriormente mencionados indican una clara falta de capacidades y habilidades de liderazgo por parte del líder, que, sin duda, afectará a sus colaboradores en forma de malestar, desmotivación, quejas, miedos y un sinfín de emociones y conductas negativas.
Pero no solo eso. Si la toxicidad de estas prácticas se extiende, de manera sistémica, por toda la organización, la empresa puede verse arrastrada hacia:
- Malos resultados.
- Incumplimiento de objetivos.
- Alta rotación de personal (con la consiguiente pérdida de talento).
- Mala imagen para la empresa tanto a nivel interno como externo.
- Incluso puede llegar a traducirse en un deterioro de la relación con sus clientes en forma de aumento de quejas y reclamaciones.
Desde luego, un panorama nada alentador.
Las claves para mejorar la capacidad de liderazgo
Reconocimiento del valor y del esfuerzo
La primera clave para ser un buen líder es su capacidad de Autoliderazgo.
Desarrollar su Inteligencia Emocional, desde el Autonocimiento y el Autocontrol. Mejorar su capacidad de Empatía y de ponerse en el lugar del otro.
Tener la ética como principio central que guíe sus conductas, aprender a valorar y reconocer el esfuerzo y el trabajo de cada uno de los profesionales de su equipo y practicar la prudencia a la hora de emitir juicios de valor.
Resolución de conflictos internos
La capacidad de Resolución de Conflictos será otra de las competencias fundamentales en las que habrá de trabajar un líder si quiere alcanzar cotas importantes con su equipo. El Conflicto es parte de la vida, y como no, de las empresas. Allá donde hay personas hay conflictos. La habilidad para gestionarlos correctamente e incluso hacer de ellos elementos de desarrollo para el equipo marca la diferencia entre un buen líder y otro que no lo es.
En este sentido vuelvo a recalcar la importancia de la comunicación interna, de la que ya hablé en una anterior entrada de mi blog:
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Coaching para mejorar tu capacidad de liderazgo
Es necesario aprender a dirigir y orientar con las palabras y con la actitud (predicar con el ejemplo). Conseguir generar confianza, estar abiertos a sugerencias.
A través de las herramientas del Coaching trabajamos el compromiso inspirador, los líder coach, la planificación estratégica y la gestión del cambio.
En mi caso, como Coach y consultor externo, acompaño de forma personalizada a mandos intermedios, directivos y gerentes para desarrollar sus capacidades de liderazgo. Además, el hecho de ser experto en Psicología Deportiva, hace de mi coaching una metodología enfocada a objetivos, trabajando competencias y aptitudes, para poner en marcha herramientas y sistemas que ayuden a implantar nuevos estilos de liderazgo que se consoliden en el día a día en la organización.
Mejorar el compromiso de los colaboradores, generar mejores relaciones humanas internas, facilitar la consecución de los objetivos, mejorar la fluidez de la comunicación y minimizar el impacto de los conflictos en el equipo está en tu mano.