Los beneficios de la flexibilidad interna en las empresas

Estaremos de acuerdo en que el termino flexibilidad, es un concepto muy amplio, incluso podríamos decir, algo difuso. Flexibilidad tiene connotaciones diferentes según a quien le preguntes. Sin embargo, voy a tratar de centrarme en lo que supone esta palabra en el ámbito empresarial.

La flexibilidad laboral implica favorecer una serie de medidas que faciliten que los trabajadores y trabajadoras desarrollen su trabajo de distintas maneras, en distintos horarios o en diferentes modalidades que les permitan alcanzar los objetivos de su organización a la vez que mejoran su calidad de vida y/o bienestar en la empresa.

En otras palabras, se trata de permitir una organización diferente del trabajo que aúne el doble objetivo de alcanzar las metas de cada puesto y mejorar la vida laboral de las personas.

Estas medidas de flexibilización de puestos llevan siendo implantadas ya desde hace años por grandes empresas y con resultados espectaculares a nivel de productividad. Sin embargo, el mercado laboral español, que por norma general tiene un corte muy tradicional, hasta hace muy poco ha mostrado reticencias hacia estas medidas.

También tiene mucho peso en este aspecto la propia legislación laboral. Y, sin ir más lejos, la última reforma aprobada recientemente y nutrida de un amplio consenso por parte de los diferentes agentes sociales, apunta en la línea de favorecer esa flexibilidad.

La tendencia generalizada de los gobiernos en los últimos años es promover tanto la flexibilidad interna como externa en la empresa en los últimos años. Este impulso desde la legislación se ha visto acelerado irremediablemente a raíz de la pandemia que, aun a día de hoy, atravesamos.

Conceptos como el teletrabajo, las jornadas flexibles, las cuarentenas imprevistas y las bajas, han puesto de manifiesto la necesidad de activar mecanismos que permitan a las empresas seguir con su actividad incluso ante catástrofes de esta índole. Y si nos centramos en el plano legislativo, simplemente tenemos que mirar hacia los famosos ERTEs, que han aliviado la situación de muchas empresas a la vez que ha protegido el empleo de miles de personas.

El propio Decreto-Ley 32/2021  que regula la “reforma de la reforma laboral” contiene interesantes modificaciones en materia de flexibilidad que no hacen sino plantear un modelo que bebe de las virtudes de las reformas anteriores, las cuales introdujeron buenas dosis de flexibilidad en nuestro mercado laboral y que ahora se confirman por consenso social.

Ahora que ya tenemos claro el concepto, vamos a hablar de por qué la implantación de medidas de flexibilidad interna es interesante e incluso rentable para las compañías.

Por si esto fuera poco, las medidas de flexibilidad laboral motivan a la plantilla para mejorar su rendimiento, especialmente si se combinan con otros incentivos, incrementando así sus niveles de productividad.

Las medidas de flexibilidad laboral también contribuyen a disminuir los niveles de estrés de las personas que trabajan en la empresa. Esto tiene una incidencia directa en la mejora de la satisfacción laboral. A resultas de lo anterior, los empleados/as pueden sentirse más satisfechos/as con su situación en la empresa, alcanzando mayores cotas de bienestar laboral.

En este aspecto, una de las “medidas estrella” es la relativa a la eliminación de las dificultades para conseguir la conciliación personal (familiar en una amplia mayoría de los casos), que suele ser generalmente fuente de estrés. Para muchas personas, este asunto puede llegar a ser más importante que el propio sueldo mensual.

Si un empleado/a disfruta de medidas de flexibilidad, suele ser más fiel a la empresa, para no perder las ventajas que tiene. ¿De qué sirve un sueldo superior si no puedo llegar a estar con mis hijos y tengo que gastar una fortuna en transporte o guardería para ellos?

Colateralmente disminuye uno de los índices estrella en los cuadros de mando de Recursos Humanos: La famosa Rotación.

Con la flexibilidad de horarios (bolsas de horas, flexibilidad de la hora de entrada, etc.), los trabajadores/as pueden acudir a sus obligaciones de índole personal y realizar su trabajo en un horario diferente. Ganar ganar.

Además, se consigue una Reducción de costes. La menor cantidad de desplazamientos y los menores gastos de mantenimiento de las instalaciones suponen un ahorro económico tanto para la plantilla como para la compañía.

IMPLANTAR EL TRABAJO POR OBJETIVOS

Como ya he mencionado con anterioridad, cambiar el foco del número de horas hacia la calidad del trabajo o el cumplimiento de objetivos preestablecidos supone un cambio radical en el modelo de empresa tradicional. No trabaja más ni mejor quien más horas pasa en la empresa, sino quien consigue los objetivos marcados en tiempo, plazo y forma, independientemente del número de horas que fiche cada día. Se trata de trabajar mejor y no sólo más tiempo. En otras palabras, apostar por la consecución de objetivos.

FLEXIBILIZAR HORARIOS

Sin duda, una de las medidas más demandadas y que arrojan mejores resultados. Obviamente existe un número de horas que el trabajador/a ha de “entregar” a su empresa, a cambio de su salario. Sin embargo, en muchos casos, los horarios establecidos no atienden a motivos de productividad, sino más bien al criterio de “usos y costumbres”: Como siempre se ha trabajado de 9 a 14 h. Pues ese es el horario.

Cambiar esta dinámica por la racionalización de horarios en función de las necesidades reales del puesto, así como con su compatibilidad con las necesidades personales, puede suponer, no solo un alivio para los empleados/as sino incluso una mejora en la productividad del puesto de trabajo.

JORNADA CONTINUA

Desde hace ya años, es un hecho que la mayoría de empleados/as prefiere la jornada intensiva a los horarios partidos, aunque ello suponga incluso reducir los momentos de descanso. Bajo esta perspectiva y con la misma lógica del punto anterior, vale la pena al menos plantearse la posibilidad de implantar jornadas de trabajo continuas si fuera posible.

TELETRABAJO O TRABAJO HÍBRIDO

Qué duda cabe que la pandemia ha actuado como acelerador en el auge del trabajo a distancia o teletrabajo. Pero más allá de la propia necesidad puntual que ha planteado toda esta situación, lo cierto es que esta modalidad de trabajo se ha destapado como una alternativa más que interesante para las empresas, y por ello, ya son muchas las que plantean puestos directamente en teletrabajo o híbridos (con una parte presencial y otra en remoto).

En cualquier caso, se trata de una herramienta muy válida para flexibilizar los puestos de trabajo. Aunque eso sí, requiere de nuevas habilidades sobre todo a nivel de liderazgo para gestionar eficazmente equipos en remoto. 

Ahora, el siguiente paso, es reflexionar, estudiar y plantear qué medidas o qué acciones es posible implantar en tu organización. EL trabajo flexible ha llegado para quedarse, no es una moda pasajera. Y por supuesto, si trabajamos bien en si implantación tiene evidentes ventajas. Recuerda los beneficios de la flexibilidad interna en las empresas.