El liderazgo: entre el arte y la ciencia

En lo que prácticamente hay consenso entre todos los expertos en liderazgo es en que para ejercer el liderazgo de manera eficaz es indispensable contar con ciertas características, entre las que yo destacaría:

• Disposición a servir: No debemos confundir servicio con servidumbre. La vocación de servicio no significa estar a merced de los caprichos del equipo, sino más bien la actitud o predisposición a ayudar, a colaborar y sobre todo a facilitar el crecimiento y desarrollo de los/as colaboradores/as.

• Tener visión de futuro: liderar implica dirigir, y dirigir, atendiendo a la propia definición de la palabra, dar dirección, rumbo. Un/a líder debe tener claro hacia donde avanzar, por donde hacerlo y dónde se ha de llegar. En este aspecto podríamos hablar de visión estratégica y visión de conjunto.

• Poseer buenas habilidades de comunicación: Por supuesto, esto no es solo una cualidad innata. Pero si lo fuera, resultaría una gran ventaja. Lideramos a través de nuestra comunicación, tanto verbal como no verbal. El manejo de los tiempos, la manera de decir las cosas. Si eso, es imposible ser un/a buen/a líder.

• Capacidad resolutiva: Todos/a los/as líderes que conozco coinciden en una afirmación. Liderar no es fácil. Y no lo es porque implica enfrentarse a multitud de situaciones, previstas o imprevistas, que hay que solucionar. Tener la capacidad y la calma para afrontarlas es clave para liderar con éxito. Sin ello, a la mínima marejada el barco zozobra.

Si quieres profundizar al respecto, te recomiendo dos artículos en este mismo blog que escribí hace tiempo y que ahondan en estos aspectos:

LOS SÍNTOMAS DE LA FALTA DE LIDERAZGO Y COMO MEJORARLOS 

EL LÍDER CIEGO 

“El arte es «yo»; la ciencia es «nosotros».”  Claude Bernard

Según el diccionario de la Real Academia Española, se define Arte como: virtud, disposición y habilidad para hacer algo.

Ciencia, según la Rae: Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.

Así pues, liderar debería ser una ciencia, en este caso humana (o social), pero aplicada a través de un arte (habilidades y competencias personales) que puede ser innato o aprendido.

El liderazgo, como cualquier otra disciplina, se puede estudiar y existen una gran variedad de metodologías para optimizar el liderazgo:

• Liderazgo autoritario (autocrático).
• Liderazgo participativo (democrático).
• Liderazgo laissez-faire.
• Liderazgo visionario.
• Liderazgo estilo “coaching”.
• Liderazgo afiliativo.
• Liderazgo Situacional.
• ….

¿Y para qué sirve esto de liderar? Hay quien dice: “lo que tiene que hacer la gente es trabajar, que para eso se les paga”.

Pues lo cierto es que el impacto del liderazgo va más allá de hacer que un equipo consiga resultados. Los últimos estudios demuestran que son un factor clave en la percepción por parte de los/as trabajadores/as sobre su empresa.

Un buen liderazgo repercute de manera sistemática en la percepción positiva de las personas acerca de su trabajo y de su empresa. Y un liderazgo tóxico o nocivo, causa el efecto completamente opuesto.

Por ello, aprender y adquirir competencias de liderazgo empresarial, no solo tiene un valor práctico a nivel de rendimiento, sino que genera un impacto positivo sobre los equipos de trabajo. Y esto se traduce en:

• Mejores resultados empresariales.
• Mayor implicación y engagement (compromiso)  de los/as colaboradores/as.
• Aumento de la confianza interpersonal.
• Proactividad. 

Existen muchas investigaciones sobre liderazgo con ejemplos de experiencias reales que demuestran que se obtienen mejoras y resultados aplicando pautas eficaces.

Si quieres empezar a indagar sobre el tema, y no sabes por dónde empezar, te recomiendo esta entrada en mi blog en la que tienes algunas lecturas imperdibles en cuanto a gestión de personas, liderazgo y desarrollo:

5 LIBROS IMPRESCINDIBLES SOBRE DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL

Aprovecha cada ocasión con tu equipo para practicar, para aplicar una técnica que has aprendido, para utilizar una competencia clave.

Al principio puede parecer pesado, pues da la impresión de que aumenta la carga de trabajo de un/a líder (ya de por sí saturada), sin embargo, con la práctica llega la automatización, y en poco tiempo verás como aplicas todas esas estrategias de una manera intuitiva y sientes como mejora tu capacidad para liderar.

Y, por si todo lo comentado con anterioridad fuera poco, no olvides que al desarrollar el liderazgo, se entra en un proceso de crecimiento y maduración personal.

Empezarás a mantener un diálogo interno continuo que te ayudará a focalizar el conocimiento sobre ti mismo/a y de las situaciones que te rodean.

Este proceso, facilita y ayuda a la toma de decisiones (personales o profesionales) sin dejar que la opinión pública tenga mala influencia y siempre cuidando la importancia de favorecer el bien común del equipo.

El liderazgo es un arte y una ciencia. Por esto cuesta definirlo y por eso tiene tantas aristas. Pero lo que es cierto es que tanto como ciencia como arte, para mejorarlo hay que trabajar en él.

A veces cuesta hacerlo solo/a, aunque haya muchísima literatura, blogs, tutoriales, videos y material gráfico al respecto.

Si quieres mejorar tu capacidad para liderar de una manera profesional, a medida y enfocada en la acción y el éxito, te puedo ayudar. Recuerda que puedes solicitar tu sesión gratuita en la que me puedes plantear tu necesidad y te asesoraré de manera profesional y sin compromiso.

Porque recuerda, el liderazgo camina entre al arte y la ciencia.